miércoles, 30 de enero de 2013

EL DOCTOR ATIENDE EN NEW ORLEANS

por Alfredo Rosso



Tuve la fortuna de entrevistar a Dr. John en dos oportunidades. La más reciente fue a mediados del 2012, con motivo de la edición del brillante álbum "Locked Down". Y como en el primer reportaje Dr. John había hablado extensamente sobre sus comienzos y sobre la primera parte de su carrera, me pareció una buena idea combinar ambas entrevistas. Aquí las tienen, formando una sola nota que, me parece, quedó bastante coherente.

 
                                  
Con la colaboración de Dan Auberbach, de The Black Keys, como productor, Dr.John editó en 2012 “Locked Down” uno de los discos más signficativos de su extensa carrera. Aquí están los detalles de ese excelente disco, contados por el propio músico, quien también habla de otros momentos claves de su extensa carrera.

¿Cómo surgió la asociación con Dan Auberbach, que derivó en Locked Down?
Sucedió que mi nieta me hizo escuchar los discos de los Black Keys, y una vez que conocí su música se produjo una conexión espiritual: justo en esa época Dan me llamó y al poco tiempo vino a New Orleans a conocerme en persona.

Esa conexión se consolidó en el estudio de grabación, y Dr. John dice que Dan lo estimuló a escribir canciones que expresaran sin tapujos lo que sentía acerca de sí mismo y de la sociedad de hoy en día. Auberbach, además, le permitió a la banda que armó para grabar Locked Down hacer su propio aporte a los temas. A Dr. John le recordó la forma de trabajar de los años ’50, cuando un músico traía la idea básica y todos los demás iban aportando lo suyo.

Uno de los temas más significativos de Locked Down es Revolution, que hasta tiene un cierto aire de tango en el centro.
“Revolution” refleja la forma en que la gente se siente sobre cosas que pasan hoy día en el mundo. Estamos atrapados en una situación donde, por ejemplo, los ricos se vuelven más ricos y los pobres son cada vez más pobres. Y no es una buena forma de vida. Lo de la cadencia de tango es cierto, y además, en ese tema toco un órgano Farfisa, algo que no hacía desde que toqué con el Sir Douglas Quintet, en los años ’70. Yo odiaba ese sonido, pero había un Farfisa en el estudio y empecé a tocar algunas cosas. Dan me sugirió que lo pusiera en el tema. Y la idea me gustó...

Otro tema del disco con comentario social es Ice Age.
Según lo veo yo, el mundo se encuentra en una Era de Hielo en este preciso momento, y no es algo bueno. Tenés a las grandes compañías dominando las ciudades y la gente está siendo congelada y perjudicada de mil maneras en su vida diaria.

Tengo entendido que “Eleggua”, nombre de uno de los temas, designa a una entidad espiritual.
Correcto. Eleggua es una deidad a la que se le reza en cierta rama del folklore vudú. Todas las cosas tienen un iniciador y Eleggua es una esencia, una presencia que te ayuda a entrar, que te hace franquear la puerta. Tenés que pasar por Eleggua para hacer que las cosas funcionen y, si no respetás su presencia, vas a ser víctima de varios de sus trucos, una y otra vez.

Hay un elemento de fuerte ironía en el tema “Big shot”. ¿Qué lo inspiró?
Lo escribí como una especie de broma acerca de mí mismo y también de mucha otra gente que he conocido a lo largo de los años, que son considerados como “gente importante”, cuando nadie es realmente importante en realidad. Es un tema que le toma el pelo a la gente demasiado pagada de sí misma.

Me gustaría que usted elija ahora una canción de “Locked Down” de la que esté especialmente orgulloso.
Me gusta “My children, my angels”. Esa canción se la dediqué a mis hijos. Un intento de hacer las paces, de compensar –de un modo concreto y significativo- por los momentos en que no estuve presente para ellos.



Yendo atrás en el tiempo… ¿Cómo empezó su relación con la música?
Crecí rodeado de música. Mi padre vendía discos y muchos de mis familiares tocaban instrumentos. Una de mis tías me enseñó a tocar el piano. En New Orleans todo el mundo tiene la música a su alrededor. En los años 50 comencé a trabajar en los clubes y tuve la suerte de conocer a artistas que me ayudaron y me mostraron cosas. Un día mi profesor de guitarra me pidió que lo reemplazara en una grabación y antes de que me diera cuenta, ya era sesionista. Era una época muy excitante en New Orleans. Se tocaba una música genial y había unas chicas hermosísimas. ¡Tantas cosas me pasaron en la vida por las hermosas chicas de New Orleans...!

¿Podría comentar algo sobre Walter “Papoose” Nelson  su ídolo y profesor de guitarra?
El fue mi segundo profesor. Me encantaba su manera de cantar y también su estilo de guitarra. No me enseñó durante mucho tiempo pero fuimos amigos hasta su muerte. Era una persona con un don especial. El me hizo conocer a grandes guitarristas, como Billy Butler y  Mickey Baker. Me enseñó el estilo de guitarra de T-Bone Walker, que fue uno de mis más grandes ídolos de todos los tiempos.

Sabemos que fue productor discográfico para los sellos Ace, Ric y Ron  y que tocó en muchísimas sesiones. Cuéntenos cómo era la escena musical de esos días de los 50 y 60.
Es cierto. Fui productor, compositor y músico de estudio, todo al mismo tiempo. El dinero no era demasiado bueno, así que había que hacer todas esas cosas para poder ganarte la vida, pero yo lo disfrutaba, de todas maneras. Además, lo que hoy en día llaman “A & R man” (director artístico) en las grabadoras, no es lo mismo que lo que era en esos días. Mi trabajo consistía en encontrar artistas talentosos, llevarlos al estudio, encontrarles material para grabar si no lo tenían, hacer el disco y entregárselo al sello terminado. Uno estaba involucrado en todos los aspectos de la realización de un disco. Pero, además, era muy divertido. En esos días también armé una gran banda de 21 músicos para secundar a los músicos de rhythm and blues y de rock n’ roll que venían a tocar a New Orleans. En esos shows era de rigor el poner una determinada cantidad de músicos sobre el escenario. Otra experiencia memorable.
           
También en esos días ocurrió el incidente que casi le cuesta la carrera –y la vida- a McRebennack. Durante una de las giras de su banda, intercedió en una pelea entre uno de los músicos y el mánager de un hotel. El mánager sacó un revolver y una bala hirió a Rebennack en su dedo índice izquierdo, lesionando su habilidad para tocar la guitarra. De allí en más  pasó a concentrarse en los teclados.

Tiempo más tarde me fui a la Costa Oeste, porque el trabajo había mermado en New Orleans. Allí toqué con todo tipo de artistas. Con Sonny & Cher, Johnny Watson, the O’Jays, Iron Butterfly, incluso hice algunas cosas para Phil Spector. Toqué rock psicodélico, toqué rhythm and blues, de todo.  Desde Professor Longhair a the Strawberry Alarm Clock. Y también, durante todo ese tiempo, iba acumulando ideas para mi propio proyecto, el de Dr. John. En realidad pensaba que iba a hacer un solo disco como Dr. John. No me imaginaba que iba a durar tanto, pero así es la vida. Uno nunca sabe...

Me gustaría que nos cuente un poco acerca de esos primeros álbumes solistas que hicieron famoso el nombre de Dr. John, como Gris-Gris, Gumbo y In The Right Place.
            Bueno, el álbum Gris Gris fue un tributo a la música de New Orleans. Intentamos ser fieles al espíritu de esa música. Después tuvimos éxito con Gumbo y con In The Right Place. Entramos en el ránking y eso cambió toda la historia. Pero nunca pude entender cómo Atlantic me tuvo tanto tiempo bajo contrato, ya que tardamos bastante tener un hit. Pero, bueno, la industria era diferente en esos días.

Para los argentinos, la primera oportunidad real de ver a Dr. John en acción
--tocando el tema “Such A Night”- fue en 1978,  cuando se estrenó la película The Last Waltz de Martin Scorsese, la filmación de ese gran concierto de despedida a The Band con un elenco multiestelar, que incluyó a Muddy Waters,  Eric Clapton, Neil Young, Bob Dylan, Joni Mitchell y muchos más. ¿Qué recuerdos tiene de ese gran evento?
            Recuerdo la noche anterior, cuando Muddy Waters estaba ensayando. Tocó una canción que solía hacer Sonny Boy Williamson, llamada “Nine Below Zero”. Todos los guitarristas lo observaban extasiados... Fue una época especial. Todos los músicos de The Band eran tipos muy especiales. Yo conocía a Levon Helm (baterista de The Band) desde los años 50 y la verdad es que esa banda generó una cosa muy poderosa con su música. Todos los músicos que llamaron para participar del espectáculo vinieron. Fue algo mágico.

            Durante las décadas siguientes, Dr. John grabó varios álbumes más, incluyendo In A Sentimental Mood, un larga duración de “standards” con produccion de Tommy LiPuma y Going Back To New Orleans que lo reunió con varios músicos de su ciudad natal, como the Neville Brothers y le hizo ganar su segundo premio Grammy en 1992 (El primero lo había obtenido en 1989 por su versión de “Makin’ Whoopee!”, a dúo con la cantante Rickie Lee Jones. Hace un par de años, Dr. John hizo Anuther Zone acompañado por músicos ingleses de nueva generación.

Me gustaría saber cómo se dio el encuentro con los  músicos de “Anuther Zone” y cómo llegó a grabar el tema de John Martyn, “I Don’t Wanna Know About Evil”.
Bueno, yo ya había trabajado con músicos ingleses en la época de The Soon, Moon & Herbs, allá por 1971, en aquella oportunidad con Mick Jagger, Eric Clapton y otros que conocía. En esta ocasión sucedió que venía de grabar un disco en vivo en Londres, Trippin’ Live y aproveché para tocar en el programa de TV de Jools Holland. Allí fue donde conocí a algunos de los muchachos que tocaron en Anuther Zone, músicos de Supergrass y de Spiritualized, además del propio Holland y de Paul Weller. Fue justamente Weller el que me hizo conocer el tema “I Don’t Wanna Know About Evil”.

Luego Ud. grabó “Duke Elegant”, un tributo a uno de los grandes músicos del siglo XX, Duke Ellington. ¿Cómo se le ocurrió la idea de este homenaje?
Fue muy estimulante armar este tributo a Duke Ellington y una de las primeras cosas que se me ocurrieron fue buscar temas raros de Duke –además de grabar los éxitos habituales-, para que la gente pudiese apreciar los distintos aspectos de su música. Lo que hice, también, fue re-armonizar y re-hacer algunas cosas dentro de los temas. Duke era una persona muy especial, a la que tuve la fortuna de conocer. Pienso que se hubiera divertido con mi disco.

Usted participó en algún capítulo de la serie televisiva “Treme”, que es un verdadero homenaje a New Orleans. ¿Qué tan fiel es esa visión de la ciudad después del huracán Katrina?
Bueno, yo no tengo televisor, pero por el programa en que participé puedo decir que
me pareció una muy fiel descripción de lo que pasó después del Katrina. Hay un personaje en particular, el de un maestro o profesor [se refiera al personaje de John Goodman] que representa muy bien la justa indignación de la gente de New Orleans por la desidia del gobierno en brindar ayuda y contención.

Sé que en marzo de 2012, Ud. hizo un tributo a Louis Armstrong en Nueva York, y que también organizó un recital homenaje a la música de New Orleans con otras leyendas como Irma Thomas. ¿Cómo sigue su historia? Bueno, espero que en algún momento del futuro cercano podamos concretar el tributo a Louis Armstrong en un álbum. En cuanto al homenaje a New Orleans, la idea es crear conciencia entre el público sobre la necesidad de ayudar a los músicos mayores porque, a diferencia de otras profesiones, la nuestra no tiene un plan de jubilación. Nos sentimos bendecidos porque la música es algo tan poderoso que nos permite sobreponernos a muchas cosas, pero en esto necesitamos la comprensión de todos. En cuanto a mí, tengo una serie de shows que me tendrán ocupado hasta el mes de diciembre, pero realmente me encantaría que se de la posibilidad de visitar Argentina. ¡Ya es tiempo de que lo haga!



1 comentario:

Anónimo dijo...

como que casi no le llego, Rosso, usted es un capo.otto rock