jueves, 19 de marzo de 2009

ALL TOMORROW'S PARTIES : Un Festival Diferente

Fue a principios de 2001 y la idea primordial de ir al festival ALL TOMORROW'S PARTIES era asistir al retorno del mítico grupo neoyorquino TELEVISION. Sin embargo, Television fue la guindita sobre la torta de un evento genial. Desde la elección de los participantes al lugar en sí, All Tomorrow's Parties fue pura magia. Esta fue la crónica, tal cual salió en su momento en RADAR, el Suplemento de Página 12.

All Tomorrow's Parties: El Retorno de los Brujos

Por Alfredo Rosso

En Camber, una pequeña localidad inglesa situada al sureste de Londres, sobre el Canal de la Mancha, tuvo lugar, el 6, 7 y 8 de abril, un festival diferente. A diferencia de los eventos masivos que pueblan el verano inglés - en los que predominan el rock y el pop convencionales- All Tomorrow’s Parties fue una celebración de música experimental y osada. Además, y por sobre todo, produjo el retorno triunfal del grupo Television.

La premisa de Barry Hogan, organizador de All Tomorrow’s Parties, es original: nombrar cada año un artista de prestigio en el campo de la música de vanguardia para que haga de curador del festival y se ocupe de la programación artística, de acuerdo a su gusto y criterio. Para la edición 2001 de ATP, Hogan designó a Tortoise, la banda de rock experimental de Chicago. Y fue una elección acertada, ya que, durante los tres días que duró el evento, asistimos a una oferta musical variada, que recorrió varios aspectos del rock alternativo, el pos-rock, la electrónica, el jazz y el hip-hop de vanguardia.

En lugar de ocurrir a la intemperie, a merced de los vaivenes climáticos de la caprichosa primavera inglesa, All Tomorrow’s Parties se realiza en Pontins, un complejo turístico compuesto por un edificio principal donde están los dos salones que contienen los escenarios principal y secundario. También alberga un pub, varios bares y un restaurante, una sala de juegos y varios recovecos donde uno puede tomarse un descanso de tantos decibeles. Este edificio está rodeado de varias filas de bungalows, con agua caliente, baño, camas y cocina, para que los casi tres mil asistentes tengan todo lo necesario para alojarse cómodamente durante los tres días que dura el festival.

El viernes fue el día del hip-hop experimental en el escenario número dos, con la presencia de Mike Ladd y de la Def Jux Posse. El set de Ladd fue impactante. Sus rimas están realzadas por estructuras musicales que integran electrónica y samples que producen un efecto de trance sobre el oyente, para abordarlo, al mismo tiempo, con letras directas, de contenidos profundos. La técnica de Def Jux Posse ( con tres rappers invitados para este recital: Cannibal Ox, El-P y Mr. Lif) estuvo más enrolada en el hip-hop tradicional: un asalto adrenalínico de rimas, exhacerbado por el enloquecido contrapunto de testimonios que se desató entre los tres MC’s. De los artistas previos vale la pena mencionar a Radian, exótico trío electrónico –teclados, guitarra, batería- donde la percusión, los sonidos encontrados y hasta el uso creativo de la estática van creando una paleta envolvente y curiosamente adictiva.

El escenario principal abrió el juego con The Ex, legendario grupo holandés que lleva más de veinte años moviéndose en los bordes del punk experimental con una fuerte dosis de comentario social en sus letras. La banda estrenaba su nuevo larga duración, Dizzy Spells y me quedó pegada la letra de “Nobodies’s Dream”, que el cantante G.W. Sok desgranaba entre ráfagas de guitarra eléctrica: “El sueño de una pulga es comprarse un perro/y el sueño de un Don Nadie es escapar / del destino, de la historia / Los Don Nadies sueñan que un día / de repente / milagrosamente / la buena fortuna les lloverá / pero la buena fortuna no cae como lluvia / ni ayer, ni hoy, ni mañana...”

La catarsis colectiva, sin embargo, estuvo esa noche a cargo de la Sun Ra Arkestra. La nueva administración del saxofonista Marshall Allen, tuvo el buen gusto de no intentar reemplazar a su fallecido líder con ningún otro tecladista, de modo que hoy día la orquesta es un frenesí de saxos, trompetas, trombón y percusión. El objetivo es crear una música con un swing auténticamente interplanetario, por usar una definición que de seguro alegraría al viejo comandante. Los ritmos contagiosos, los cantos comunitarios, la imagen exhuberante de los músicos en trajes de colores que resaltaban con el brillo de las lentejuelas, todo esto -sumado a un tácito sentido del humor- hizo de la actuación de la Arkestra una auténtica celebración.

Tortoise comprendió que cargaba con el peso de jugar de local y, a su habitual destreza para generar climas casi hipnóticos con sus excursiones instrumentales, agregó un elemento de pasión y calentura a un set que también tuvo la bendición de la variedad.

Mi teoría personal es que el hecho de que muchos de los participantes de All Tomorrow’s Parties se conocen entre sí desde hace bastante tiempo obró como un factor positivo a la hora de los shows: nadie quiso entregar menos del cien por ciento de lo que eran capaces. El neo country a menudo lánguido de Lambchop, por ejemplo, nunca sonó tan adrenalínico y enchufado como en la noche del sábado, y lo mismo puede decirse de otro de los platos fuertes que dio esa noche el escenario principal: Calexico, que exprimió al máximo las posibilidades de ese jugoso híbrido de rock, Tex-Mex y música de mariachis que constituye su repertorio. Ante tal despliegue, los paisajes electrónicos del dúo Boards of Canada -con sus guiños al Tangerine Dream de antaño y sus proyecciones fílmicas, de un delicioso anacronismo- cautivaron durante un rato pero tuvieron un cierto dejo anticlimático. Un piso más abajo, por la intimidad de club nocturno del escenario dos, desfiló un pionero de la guitarra eléctrica experimental, Derek Bailey. Desmintiendo sus setenta y un años, el nativo de Sheffield desató abigarrados, estridentes soliloquios en el instrumento, y le mostró a los oídos atentos adónde remite en el tiempo el hilo conductor que une a otros vanguardistas virtuosos como Fred Frith y Elliot Sharp. The Sea and Cake, viejos amigos y conciudadanos de Tortoise, trazaron una amable ruta musical que abarcó lounge y bossa-nova, mientras que The Eternals fueron una revelación. Quienes afirman que ya está todo inventado deberían escuchar su peculiar fusión de rock de avant-garde y mantras de hip-hop.

Llegó el domingo, la lluvia y el frío. Pero el último día del festival largó con todo con Rick Rizzo y Tara Key. Ambos tienen amplia experiencia en el medio alternativo estadounidense, como que Rizzo integró el excelente y criminalmente ignorado Eleventh Dream Day y la Key tiene pergaminos similares como parte de Antietam y Babylon Dance Band. Imaginen una música de cámara, con violas y cellos, que de pronto se desmadra con el ataque de tres guitarras eléctricas frenéticas, y tendrán una idea de lo que intentan el dúo y sus músicos acompañantes. En el mismo escenario dos habrían de revalidar pergaminos unos viejos cruzados de la electronica, el dúo Autechre. En este rubro, sin embargo, se llevó las palmas el grupo Prefuse 73 y sus inquietantes collages musicales, en los que fragmentos sonoros inconexos luchan por integrarse a una misma composición.

Como fuere, la atención de la mayoría de los presentes estaba puesta en el escenario principal. Broadcast había inaugurado la noche con su híbrido de sonidos progresivos y guiños al rock de la Costa Oeste, modelo ‘68. Yo La Tengo arrancó con “The Kids Are Alright”, de los Who, preludio de un ataque rockero desenfrenado, muy distinto al show versátil pero contenido que ofrecieron en La Trastienda el pasado mes de febrero.

Finalmente llegó el momento más esperado del festival. El retorno de uno de los grupos más importantes que dio la new wave y el rock estadounidense en general: Television. Eran las once de la noche, cuando Tom Verlaine, Richard Lloyd, Fred Smith y Billy Ficca subieron a escena. Hubo una espera tensa, interminable, mientras Verlaine terminaba de afinar su guitarra. Luego, la aplanadora. Pocas veces vi una banda tocar con tanta seguridad, con tanta musicalidad, con tanta clase. Tocaron la mayoría de las canciones de su tercer álbum de 1992, Television, lo cual sirvió, de paso, para revalorizar los grandes momentos de ese disco injustamente relegado. “1880 or So”, “Call Mr. Lee”, “No Glamour For Willi” y “Beauty Trip”, figuraron entre los títulos elegidos. Por supuesto, el clásico “Venus” desató una gran ovación, al igual que el tema con el que cerraron el show, “Marquee Moon”. La mini-suite que titula su ya legendario álbum debut, sirvió para degustar como nunca el contrapunto guitarrero entre Verlaine –más sutil y agudo- y Lloyd, el del ataque abrasador. El clamor popular los devolvió a escena para dos bises: “Glory” y otra gema de Marquee Moon, “Prove It”, cuyas palabras finales, sirvieron como broche de oro para la actuación de Television: “este caso está cerrado,” dijo Verlaine, antes de desaparecer con sus compañeros en la noche de Camber Sands. Amén.

All Tomorrow’s Parties resultó, en definitiva, una experiencia refrescante en el ámbito, a menudo previsible, de los festivales que toman al rock como punto de partida. En estos momentos ya se están ultimando los planes para una edición estadounidense, que se haría en California el próximo mes de octubre, con Sonic Youth compartiendo la selección artística. Por su parte, la versión inglesa 2002 promete contar con el grupo Shellac (del prestigioso músico y productor Steve Albini) como curadores. Es como para ir haciendo la reserva...

All Tomorrow’s Parties

Una Discografía Selectiva

Television: Marquee Moon (Elektra, 1976); Adventure (Elektra, 1978); Television (Capitol,

1992)

Broadcast: The Noise Made by People (Warp,2000)

The Ex: Dizzy Spells (Ex Music, 2001)

The Eternals: The Eternals (DeSoto Records, 2000)

The Sea and Cake: Oui (Thrill Jockey, 2000)

Tortoise: Standards (Warp, 2000); TNT (Thrill Jockey, 1998)

Lambchop: Nixon (Merge/City Slang, 2000)

Calexico: Hot Rail (Quarterstick/City Slang, 2000)

Rick Rizzo-Tara Key: Dark Edson Tiger (Thrill Jockey, 1999)

Mike Ladd: Welcome to the Afterfuture (Ozone, 2000)

Boards of Canada: Music Has the Right to Children (Warp, 1998)

Yo La Tengo: And Then Nothing Turned Itself Inside Out (Matador, 2000)


1 comentario:

Los Peores Discos dijo...

Gloriosa reseña de un gran acontecimiento, lo que exacerba aún más el honor de ser tu alumno.

Siempre es bueno ver lo felices que son los periodistas comentando gemas, mientras que uno, en cambio, eligió limpiar las calles del desperdicio que los grandes artistas dejan, aquello que no se desea mostrar.

Un gran abrazo.