Es un virtuoso del
bajo, aunque también toca el chelo y el piano. Es un prolífico compositor,
poseedor de una de las voces más poderosas y distintivas del rock. Y aunque
muchos lo conocen tan solo por haber integrado el supertrío Cream junto a Eric
Clapton y Ginger Baker, su carrera es tan rica que, al contar su historia,
estamos recorriendo más de medio siglo de música original y exquisita, porque
ha pasado por el jazz, el blues y el rock pero no se detuvo allí: también participó
de varias obras experimentales y se metió en la música latina, incorporando la
salsa, el tango y la milonga. Esta nota, publicada originalmente en revista EL MUSIQUERO y luego (actualizada y revisada, con nuevas declaraciones del músico) en revista MAVIROCK, traza un recorrido por la historia de JACK BRUCE, un músico de raza.
Tuve la
suerte de entrevistar a Jack Bruce dos veces. La primera, en 1997, en un pub de
un simpático pueblito inglés, a cuarenta minutos de Londres. El segundo
reportaje, en forma telefónica, fue en 2012, pocas semanas antes de su
histórico debut en la
Argentina, con su grupo actual, la
Big Blues Band, en el teatro Gran Rex. En ambas
ocasiones me encontré con un artista despierto, deseoso de evocar los
diferentes momentos de su carrera y también con la capacidad de asombro
intacta, con ganas de ir siempre por más. Me pareció lógico, pues, que el
presente relato de su trayectoria esté salpicado de sus declaraciones,
recogidas en ambos, memorables encuentros.
John Symon
Asher Bruce nació en Glasgow, Escocia, el 14 de mayo de 1943 y la música formó
parte de su vida casi desde la cuna. “Mi madre era una excelente cantante de
música folk escocesa, y mi padre tocaba piano y mandolina, aunque no en forma
profesional, porque eran de clase trabajadora, gente muy simple a su manera.
También eran muy activos políticamente, en el partido comunista, y en esos días
de los años ’50 dentro de esos movimientos habían muchas actividades destinadas
a mejorar la cultura de la gente, de modo que teníamos muy buenos coros.
Principalmente coros, porque nadie tenía dinero como para comprar instrumentos.
Pero esos coros eran maravillosos; yo llevaba la parte solista en el coro de mi
barrio y también integraba el coro de la iglesia. Y así fue como comencé con la
música. Luego, en el colegio, tuve un muy buen profesor que me alentó a
estudiar chelo y piano y a componer música clásica. Más tarde gané una beca para
estudiar en la Royal
Academy of Music, en Glasgow. Estuve un tiempo, pero no me
gustó porque era muy a la usanza antigua, no les gustaba nada de lo moderno,
sólo los viejos maestros, y para ese entonces yo ya estaba interesado en el
jazz y en la música clásica contemporánea, Igor Stravinsky y cosas aún más
modernas.”
Jack empezó
a tocar desde la adolescencia. Con una voz entrenada y siendo ya un hábil
ejecutante de contrabajo y de chelo, integró brevemente un grupo de skiffle -ritmo que hacía furor en la Gran Bretaña de la época- pero
en lugar de dar el lógico paso siguiente hacia el rock and roll, lo ganó su
pasión por el jazz. A los 18 años ya había tocado en los principales clubes de
Glasgow y había ido de gira por Italia con una versión reducida de The Murray
Campbell Big Band.
La gran ciudad
“Después conocí al saxofonista
Dick Heckstall-Smith y me mudé a Londres. Dick me presentó a Alexis Korner -la
gran figura del blues inglés- quien me invitó a su Blues Incorporated. El cantante
era Cyril Davies. Charlie Watts tocaba la batería, hasta que se fue con los
Stones y Ginger Baker tomó su lugar.”
Blues Incorporated tuvo una influencia
decisiva en la consolidación de la escena de blues británico, y alentó el
surgimiento de bandas como los Rolling Stones, los Pretty Things, la Graham Bond Organization, los
Yardbirds, los Animals, los Kinks, los Who, Manfred Mann, Them y el Spencer
Davis Group, entre otros.
“Era fantástico estar en el
centro de la escena musical: esos años, 1961, 62, 63… fueron un período muy
excitante; el país no había terminado de salir de la sombra de la Segunda Guerra Mundial;
tenía todavía muy presentes esas cicatrices. Poder participar del surgimiento
de toda esa música fue como salir del blanco y negro hacia el color. Yo tuve la
enorme suerte de estar allí, era un pibe de diecinueve años que estaba
aprendiendo su arte y su oficio con grandes músicos a su alrededor.”
Bruce estaba muy activo. “Tocaba
con varios grupos al mismo tiempo. No había muchos músicos que tocaran el
contrabajo con un enfoque moderno, así que tenía mucho trabajo.” Uno de esos
grupos fue el de Johnny Burch, un octeto que hacía una mezcla de jazz y blues y
en que participaron varios otros miembros de la Blues Incorporated:
Heckstall-Smith, Baker y el tecladista y saxofonista Graham Bond.
Jack: “En
aquel entonces en Estados Unidos Charlie Mingus mezclaba el jazz y el blues y la Oliver Nelson Big Band tenía
también elementos de country-blues.” El Johnny Burch Octet iba por ese rumbo.“Bond
se unió a Alexis y fue el primer músico británico que tocó el órgano Hammond.
Era muy bueno, pero siempre terminaba liderando los grupos que integraba. Un
día llegué al club Flamingo para tocar con la Blues Incorporated y me enteré
que había renunciado a la banda…¡Bond
había entregado mi renuncia por mí! Me llevó años aclarar esta confusión con
Alexis Korner.
Del paso de
Bruce por la Blues Incorporated
quedó un puñado de grabaciones como “I’m a hoochie coochie man”, “Early in the
morning”, “Night time is the right time” y “Rockin’”, dispersas en varios
álbumes de recopilación. Ahora, por fortuna, se consiguen en la caja
recopilatoria Can You Follow? (ver
Discografía Selecta).
“Con Bond,
al principio, éramos un trío: Graham, Ginger y yo. Luego vino John McLaughlin,
en guitarra, y fuimos el Graham Bond Quartet.”
Ese cuarteto grabó uno de los
primeros covers de un tema de Lennon y McCartney, una versión de “I saw her
standing there” en la que acompañaron al cantante Duffy Power y que se registró
al mismo tiempo o incluso un poco antes que la versión de los Beatles, en los
estudios de EMI., en febrero de 1963.
Al irse John McLaughln se nos sumó
Dick Heckstall-Smith en saxos. Esta fue la verdadera Graham Bond Organization y
era como ir a la universidad: allí comenzó mi verdadero aprendizaje. Con Bond
fui acopiando ideas que luego se convertirían en canciones de Cream y de mis
discos solistas. Fue una época muy creativa e intensa. ¡Llegamos a tocar
trescientos recitales en un año!”
La Organization grabó
dos álbumes: The Sound of ’65 y There’s A Bond Between Us, y un puñado
de singles, testimonios de la potente fusión de blues y jazz que caracterizó a
la banda. Temas como “Baby make love to me”, “Baby be good to me” y “Train
time” son tempranas muestras de la voz de Bruce comenzando a calibrarse.
“Creo que el mejor es The Sound of ’65. Créase o no, ¡lo grabamos en apenas tres horas!”Era
algo común en esos días. Muchos grandes discos de jazz se hicieron en tres
horas, y casi todo se tocaba en vivo en el estudio. En The Sound of ’65 hubo un par de sobregrabaciones, algo bastante
inusual porque en esos días sólo había cuatro canales, lo cual limitaba
bastante tus posibilidades.”
La crème de la créme
Las actuaciones constantes de la Graham Bond Organization
acentuaron las tensiones entre Bruce y Ginger Baker y, luego de algunos
altercados serios, Jack decidió irse en 1966
y pasó a tocar durante una corta temporada con John Mayall –quien aún
contaba con Eric Clapton, proveniente de los Yardbirds- para más tarde aceptar
el puesto de bajista con Manfred Mann. “Mi primera experiencia en el campo del
pop”, según lo definió el propio Bruce. En esos días, Jack también formó parte
del efímero “supergrupo” The Powerhouse, con Eric Clapton, Stevie Winwood y
Paul Jones, entre otros, que se integró con el objetivo de grabar tres temas
para el álbum de blues What’s Shakin’,
realizado por el productor Joe Boyd. Entre los temas figuraba una temprana
versión de “Crossroads”, de Robert Johnson.
Mientras Jack tocaba y grababa
con Manfred Mann, Ginger Baker le propuso a Clapton formar un trío de blues
moderno, inspirado en la banda de Buddy Guy. Clapton aceptó, pero puso una
condición: que el bajista fuese Jack Bruce. Baker olvidó por un rato las viejas
broncas, asintió, y así nació una de la leyendas de la historia del rock y el
blues moderno: Cream.
Cream
asombró por el virtuosismo de sus integrantes y el poder que desplegaban en vivo,
donde los temas se extendían en un mar de improvisación instrumental, más
propio de un trío de jazz que de rock y blues. En el estudio, en cambio, Cream
revelaba su faceta experimental, alternando melodías exóticas, métricas
cambiantes y guiños psicodélicos. El mejor exponente de esto fue el álbum Disraeli Gears, una de las gemas de 1967
junto al Sgt. Peppers de los Beatles
o a The 5000 Spirits or the Layers of the
Onion de The Incredible String Band, por nombrar otros dos álbumes
brillantes aparecidos en ese año clave en la historia del rock. Aunque los tres
componían, Bruce fue siempre el más prolífico, y en lo días de Cream se inició
su sociedad creativa con el poeta y letrista Pete Brown.
“Pete era
una de las luminarias de la escena de poetas modernos británicos. Hacía
lecturas de poesía con fondo de jazz, así que seguro que lo conocí en uno de
esos eventos. La idea de que Brown le pusiera letra a las canciones de Cream
fue de Ginger, pero como la química entre ellos no resultó, lo“heredé” yo, y nuestra
relación creativa se fue consolidando con el paso del tiempo.”
A pesar del
pedigré de sus integrantes, el éxito de Cream superó las expectativas. “El impacto
de nuestro primer álbum, Fresh Cream,
en Estados Unidos fue clave y sorprendió a quienes nos consideraban demasiado
volcados al blues como para tener éxito masivo. Pero nuestro gran espaldarazo
sucedió cuando llegamos a Estados Unidos y entramos en los maravillosos
estudios de Atlantic [para grabar Disraeli
Gears] Era como estar grabando en una iglesia… El solo pensar en la gente
que había grabado allí nos hacía sentir que estábamos en un sitio sagrado.
Aretha Franklin y Otis Redding entraban y salían del estudio, igual que Booker
T. Jones. Fue fantástico conocer a toda esa gente. Pero más importante aún era
el hecho que teníamos con ingeniero al gran Tom Dowd y una máquina de ¡ocho
canales! Era genial poder grabar, por
ejemplo, la batería en estéreo, de modo que en los solos sentías como el
redoble pasaba de canal a canal…”
Hablando del sonido de Cream,
siempre quise saber cómo lograba Jack ese sonido de bajo gordo y medio sucio…
“Simplemente, poniendo todos los controles al máximo; nunca usé ningún tipo de
efectos. Además no había demasiados en esa época, apenas el wah-wah -el “Cry
Baby”- para la guitarra. Para el bajo, nada.”
Cream tuvo una carrera tan
espectacular como breve. Entre 1966 y 1968, conquistaron Estados Unidos con una
serie maratonesca de giras y con álbumes claves como Disraeli Gears y el doble Wheels
of Fire, que mostraba las dos caras de la banda: un disco de estudio,
variado y experimental, y otro en vivo, desplegando el músculo virtuoso de sus
tres músicos. Al repertorio de Cream, Bruce aportó clásicos como “White room”,
“Sunshine of your love” y “Politician”, entre otros. A pesar de su gran éxito,
sin embargo, las tensiones internas acabaron con la vida del trío en noviembre
de 1968, aunque les quedaba en la manga un gran álbum póstumo, Goodbye, que saldría en febrero del ’69.
Para ese entonces Cream había alterado para siempre la historia del blues
eléctrico y el rock progresivo, preparando el camino para una nueva “invasión
británica” a Estados Unidos. Led Zeppelin, Ten Years After, Savoy Brown, Jethro
Tull, Fleetwood Mac y varios otros grupos, en años sucesivos, encontrarían un
terreno fértil para su música, un campo que abonaron, a puro sudor y
electricidad, Clapton, Bruce y Baker.
Jack se corta solo
Eric y
Ginger formaron a continuación Blind Faith con el líder de Traffic, Stevie
Winwood y el bajista/violinista de Family, Ric Grech. Pero la sombra de Cream
estaba muy cercana y las expectativas desmedidas de la prensa y el público
–enseguida les colgaron el mote de “supergrupo”- contribuyeron a que su vida
fuese efímera. Tras apenas un disco, Blind Faith se disolvió. Baker y Clapton
siguieron adelante con nuevos proyectos grupales, como Airforce y Derek &
the Dominos.
A todo
esto, Jack Bruce mantuvo un perfil mucho más bajo que el de sus compañeros pero
musicalmente muy rico. Songs For A Tailor,
de 1969, fue un espectacular debut solista. Canciones variadas, impredecibles,
una amalgama de rock, jazz y baladas exquisitas, con ricos arreglos y una inmejorable
selección de músicos, incluyendo a Heckstall-Smith, el guitarrista Chris
Spedding, el baterista Jon Hiseman y hasta el beatle George Harrison, en el
tema “Never tell your mother she’s out of tune”. El título del álbum es un
homenaje a Jennie Franklin, la modista que le hacía la ropa a Jack en los días
de Cream, quien murió en un accidente de tránsito cuando Bruce comenzaba las
sesiones del disco.
“Muchos de esos temas son
interesantes porque fueron concebidos en la época final de Cream. De hecho “Weird
of Hermiston” y “The clearout” están presentes, en sus primitivas
versiones, en la caja de Cream Those Were
the Days..“Theme for an imaginary western” lo había escrito, incluso, mucho tiempo antes de Cream. Siempre
supe que era un gran tema pero nunca había sabido muy bien qué hacer con él
hasta que lo puse en Songs for a Tailor. Pienso
que tanto Eric como Ginger y yo nos sentíamos frustrados de diferentes maneras
en los últimos días de Cream. Eric no
quería ser una figura prominente; pensaba en un proyecto más laidback como The Band -grupo al que
todos amamos cuando apareció- y yo quería grabar con algo más que un trío,
quería poner bronces y probar otras cosas. Y eso fue lo que hice en Songs for a Tailor.
Lo curioso es que Jack ya había
grabado un álbum por su cuenta, en 1968, pero por ser un disco de jazz y quizás
para no interferir con la carrera de Cream, quedó en las latas durante un par
de años… “Así es. Fue un álbum llamado Things
We Like, con John McLaughlin y Dick Heckstall-Smith que se grabó antes que Songs for a Tailor pero salió a la calle
después; un disco que me gusta mucho todavía. Pero Songs for a Tailor vendió muy bien en su momento, y eso me permitió
concentrarme más en mi faceta de compositor. Después hice Harmony Row, que es mi favorito de esos primeros álbumes como
solista.” Jack lo considera “un disco muy dark, no demasiado alegre” y piensa
que quizás por eso al público no le gustó tanto y no fue muy pasado por radio.
Pero si Harmony Row no repitió el éxito de su
predecesor no fue por falta de méritos. Tenía una gran variedad musical y la
creatividad del binomio Bruce-Brown estaba en un pico de excelencia, sobre todo
en la conmovedora postal de posguerra que pinta “Post war”, en el romanticismo
de “Escape to the Royal Wood on ice” y en “The consul at sunset”, una de las
primeras incursiones de Jack en la música latina.
“¡Es
verdad! Tiempo más tarde volví a hacer
ese tema con verdaderos músicos latinos… “The consul at sunset” es interesante
porque fue escrita para la banda sonora de una película que se iba a hacer,
basada en uno de mis libros favoritos, Under
the volcano, de Malcolm Lowry, y que iba a tener a Richard Burton en el rol
principal. Como suele pasar, esa película nunca llegó a realizarse.”
El jazz, una vieja
pasión
En esa
época, Bruce se dio un gran gusto:
tocar con el baterista Larry Williams en Lifetime, con Larry Young en órgano y
su viejo amigo John McLaughlin en guitarra. El resultado fue el álbum Turn It Over, en enero de 1970.
“Fue mi
sueño musical hecho realidad. Había formado una banda con Larry Coryell en
guitarra, Mitch Mitchell en batería y un fantástico organista canadiense
llamado Mike Mandel. Hicimos una muy buena gira por los Estados Unidos, y
cuando estábamos tocando en el Fillmore East en Nueva York, John trajo a Tony
Williams al show. Yo admiraba muchísimo a Tony desde la primera vez que lo
escuché tocar en un álbum de Eric Dolphy, Out
to Lunch, un disco clásico. Para mí ese fue el álbum donde Tony cambió la
forma de tocar batería en el jazz para siempre. La cosa es que Tony Williams me
invitó a unirme a su banda y yo dejé todo lo que estaba haciendo y dije que sí.
Y fue una experiencia musical maravillosa, especialmente en vivo. Esa banda
estaba muy adelantada a su tiempo, técnicamente. La ejecución era muy rápida,
muy fuerte. Creo que nunca logramos plasmar del todo la esencia de la banda en
disco: los ingenieros simplemente no podían trasladar lo que tocábamos a la
cinta. Hoy en día no sería problema, pero en esa época… Era como tocar con la
intensidad de Cream pero cien veces más rápido. Fue uno de los momentos
musicales más altos de mi vida. Tony Williams estaba en la línea de grandes
bateristas que se remonta a los días de Baby Dodds, en los tiempos de New
Orleans, y que pasa por Jo Jones y llega a Elvin Jones. Probablemente Williams sea el último en el
linaje de grandes bateristas de jazz. Le quedaba tanto por hacer…”
A partir de
allí, Bruce se metió en obras aún más experimentales, como el álbum No Silence, con Michael Mantler y Escalator Over the Hill, con Carla Bley,
dos músicos que formaban parte de la
JCOA, la Jazz Composers’
Orchestra Association, un colectivo de jazz especializado en proyectos de
avant-garde con elencos multiestelares. La relación de Jack con ambos músicos,
especialmente con Mantler, ha continuado a través de las décadas y dio nuevos
frutos, en álbumes como Many Have No
Speech y The School of Understanding.
Power tríos y
sesiones
Una parte
de Jack Bruce añoraba el power trío de rock y blues, y así fue como nació West,
Bruce & Laing, con el guitarrista y el batero de Mountain, grupo donde
tocaba el bajo el ex productor de Cream, Felix Pappalardi.
“Cuando
estaba con Lifetime compartimos un par de shows con Mountain y allí escuché por
primera vez a Leslie West. Me encantó el sonido que le sacaba a su guitarra,
muy cálido. Eso me dio el deseo de retomar mis raíces, hacer cosas un poco más
simples y volver a tocar en lugares grandes otra vez. Y cuando Leslie pasó por
Londres con Mountain, decidimos hacer West, Bruce & Laing.”
WB&L
grabó un álbum poderoso, Why Dontcha,
que salió en noviembre de 1972. Un disco eléctrico, a puro rock y blues que
muestra al trío bien enfocado, matizando composiciones propias con algún
estándar de blues como el “Third degree” de Eddie Boyd y Willie Dixon. El
subsiguiente Whatever Turns You On de
julio del ’73 no era tan fuerte en términos de material pero sirvió para
sostener el interés en la banda.
A todo esto, Jack, inquieto como
siempre, había abierto un nuevo frente, el de sesionista, colaborando con Lou
Reed en Berlin y con Frank Zappa en Apostrophe.
“Lo de Reed
fue una simple llamada telefónica. Me llamó el productor del álbum, Bob Ezrin,
y recuerdo que toqué con Aynsley Dunbar en batería y me gustó mucho su estilo.
Recordé que -justo antes de Cream- casi formamos una banda con Rod Stewart en
voz, Peter Green en guitarra y Aynsley Dunbar en batería. Incluso nos metimos
en los estudios del sello Decca y dejamos grabados un par de temas que algún
día aparecerán en alguna antología. Hay que estar atentos…
“Con Frank nos conocíamos desde
hacía tiempo, ya que sus Mothers habían tocado durante tres meses en un teatro
del Village, en Nueva York y cuando estábamos allí con Cream los íbamos a ver. Tocaban
de día y era buenísimo. Frank hacía cosas muy locas, como traer vagabundos de
la calle, subirlos al escenario y ponerlos a tocar un ukelele. Era un auténtico
happening. Más tarde Cream y The
Mothers of Invention compartieron algunos shows en Chicago. A Frank le gustaba
mi manera de cantar; decía que era muy distintiva. Cuando me llamó para
“Apostrophe” quería que tocase el chelo pero mi instrumento estaba en casa. Me
consiguieron un instrumento horrible y le dije: “lo siento, Frank, no hay forma
de sacarle un sonido decente a esto”. Así que terminé tocando el bajo y
compartiendo la composición del tema “Apostrophe”.
Los de WB&L fueron tiempos vertiginosos y de excesos
típicos del “rock & roll way of life”. Para bajar un cambio, Jack volvió
centrarse en su carrera solista y el álbum que significó su cable a tierra fue Out of the Storm (1974), un disco
recoleto y pleno de texturas complejas que van revelando su riqueza con las
sucesivas audiciones. Hubo luego una efímera banda que incluyó a Carla Bley y
Ronnie Leahy en teclados, Mick Taylor (ex Rolling Stones) en guitarra y Bruce
Gary en batería que no llegó a grabar en el estudio, aunque años más tarde
aparecería un CD doble con una actuación en el Free Trade Hall, de Manchester,
en junio de 1975. La carrera de Jack tomó un giro más acentuado hacia la fusión
entre el rock y el jazz con discos como How’s
Tricks (1977) y I’ve Always Wanted to Do This (1980),
este último con Billy Cobham en la batería, Clem Clemson en guitarra y David
Sancious en teclados.
La huella latina y la
electrónica
En los años ’80 y gracias a un
amigo argentino que trabaja como periodista en Estados Unidos, descubrí dos
discos de un músico neoyorquino, Kip Hanrahan, que mezclaba música experimental
con ritmos latinos. Eran Desire Develops
An Edge y Vertical’s Currency. Mi
sorpresa fue enorme cuando noté que Jack Bruce cantaba en todos los temas,
encarando con soltura los vaivenes de la salsa.
“Kip
Hanrahan sabía de mí porque había trabajado con la JCOA de Carla Bley. Es un
tipo sorprendente. Nació en el Bronx, tiene sangre judía e irlandesa pero
creció junto a músicos como Jerry y Andy González, así que conoce la tradición
latina desde muy chico. Cuando fundó el sello American Clave, juntó a todos
estos músicos latinos para Desire
Develops an Edge y decidió que la voz del disco tenía que ser la mía,
entonces consiguió mi dirección y me mandó una cinta invitándome a participar.
Me confesó que estaba muy nervioso ante la idea de conocerme… El hecho es que
escuché la cinta y me pareció fantástica, así que le respondí: ‘¿Cuándo empezamos?’
Desde entonces hemos hecho unos cuantos proyectos juntos. Sus discos tienen
raíz latina, pero siempre hay una mezcla de cosas muy interesante. Por ejemplo,
grabamos con Allen Toussaint y Charles Neville algo bien New Orleans. Siempre
es un placer trabajar con Kip.”
La huella
latina volvería a la música de Jack Bruce años más tarde pero, mientras tanto,
la comezón de tocar rock y blues fue satisfecha a través de su asociación con
el ex guitarrista de Procol Harum, Robin Trower, con quien grabó los álbumes BLT (1981) y Truce (1983). La sociedad entre ambos se reanudó en el nuevo siglo.
“En principio me llamó y me dijo que quería reeditar algunos de sus viejos
discos, incluyendo los dos que hicimos en los ’80, BLT y Truce. Dijo que le
quería agregar un tema nuevo a cada uno de ellos. Así que hicimos eso, pero
además seguimos componiendo y así salió todo un álbum nuevo, Seven Moons (2008), que me gusta mucho.
Disfruto trabajar con Robin, porque con él hicimos un power trío diferente.”
Jack no
pudo resistir la fascinación que despertó en los ’80 los nuevos adelantos
tecnológicos y fue a Alemania a grabar el álbum Automatic, donde tocó todo él mismo, valiéndose de las
posibilidades del Fairlight, un instrumento que es a la vez un teclado y una
computadora. “Viéndolo hoy día no estoy demasiado seguro de los méritos de este
proyecto, pero lo valoro como un intento de hacer algo diferente…”
Al concluir los ’80, Bruce tuvo
un retorno como solista en plan de alto perfil, cuando firmó con Sony para
grabar el álbum Question of Time
donde participa su viejo compañero de base rítmica y de amor/odio, Ginger
Baker. El productor Joe Blaney estuvo detrás de la consola y el resultado fue
un álbum poderoso perjudicado, sin embargo, por algunos entuertos
empresariales. La relación con Baker continuó en otro power trío, BBM, que los
juntó con el guitarrista Gary Moore para el disco Around the Next Dream, de 1994.
“BBM tenía
el potencial de una gran banda. En vivo éramos excelentes, pero surgieron
algunos viejos problemas, problemas de ego, si se quiere. Igual disfruté mucho
del disco que hicimos. Debo decir que extraño a Gary un montón. Fuimos muy
buenos amigos y era mi favorito entre los guitarristas de blues poderoso.”
A la
tempestad le siguió la calma. Bruce continuó su carrera solista con Somethin’ Els, otro buen álbum, con
aportes de Eric Clapton y de Heckstall-Smith, y en 1995 hizo Monkjack con el tecladista Bernie
Worrell, un proyecto evocativo que solo consistía en piano, órgano Hammond y la
voz de Jack, revisitando clásicos de su etapa solista como “Folk song” y “Weird
of Hermiston”, junto a nuevas composiciones. Antes, para festejar sus 50 años,
en noviembre de 1993 Jack reunió a amigos y colegas de toda una vida en
Colonia, Alemania, en un mega concierto que recorrió todas las épocas de su
carrera, una celebración inmortalizada en el álbum doble Cities of the Heart.
Un beatle y la
conexión latina, parte II
Sorpresivamente,
la década del ’90 también vio a Jack Bruce integrar la Ringo Starr All Stars Band.
“Hicimos unos treinta conciertos, pero como íbamos en avión de un lado a otro,
no fue tan cansador. Además, fue una banda de veras, no un rejuntado de
músicos. Éramos Peter Frampton en guitarra,Gary Brooker en teclados, Simon
Kirke -de Free y Bad Company- en batería, Mark Rivera en saxos y percusión,
Ringo y yo. Lo bueno es que, además de los clásicos de los Beatles y de Ringo
solista, podíamos tocar nuestros propios favoritos, y al público le gustaba
poder escuchar mi “White room”, o los éxitos de Peter o los hits de Gary con
Procol Harum, como ‘A whiter shade of pale’. Nos divertimos mucho.”
A todo
esto, el bichito latino le seguía picando a Jack Bruce, al punto que para sus
discos Shadows In the Air (2001) y More
Jack than God (2003), el escocés armó un seleccionado de músicos que
combinaba viejos camaradas como Eric Clapton, Gary Moore y Dr. John con
baluartes latinos como Horacio “El Negro” Hernández en batería, Andy González
en bajo y Richie Flores en congas, y toda la sección de bronces. No es casual
encontrar en estos discos, junto a las nuevas composiciones, versiones
“latinizadas” de “Sunshine of your love”, “I feel free” y “Politician”. Hasta
hay un tema llamado “Milonga” y un aire de candombe: “Directions home”.
“Debo decir
que soy un gran fan de Astor Piazzolla y escuché muchos de sus discos. ‘Milonga’
fue improvisado en el estudio y aunque no sea una milonga, estrictamente
hablando, es un tributo a la música de Argentina. Por otra parte, los percusionistas
con quienes trabajé en esa época son expertos en ritmos latinos. Aprendí mucho
de ellos, sobre todo del cubano Milton Cardona.”
Cream otra vez
La edición de More Jack than God coincidió con el
diagnóstico de una enfermedad al hígado potencialmente mortal. Jack debió
someterse a un transplante del vital órgano y estuvo varios días en condición
crítica durante el pos operatorio. Pero el escocés probó una vez más su
fortaleza al recuperarse y volver lentamente a la actividad musical. A
principios de 2005 el mundo musical quedó atónito ante una noticia ciertamente
inesperada: el anuncio de la reunión de Cream para una serie de cuatro
recitales en el Royal Albert Hall de Londres. Tuve la gran fortuna de asistir
al tercero de ellos, el jueves 5 de mayo, y comprobar que la potencia y la
calidad de Clapton, Bruce y Baker seguía intacta. Los shows fueron filmados y
editados en forma de CD doble y de DVD, pero siempre me interesó saber hasta
qué punto habían colmado las expectativas de Jack.
“Llenó mis
expectativas, hasta cierto punto, porque no estaba muy bien de salud. Estaba convaleciendo
de una operación muy seria y hubiera preferido esperar un poco más para
recuperar del todo mis fuerzas, pero los tiempos de los músicos son así. Y
aunque quizás no tuvimos la misma intensidad de 1967 o 1968, fue genial volver
a tocar con Eric y con Ginger.”
Jack en Argentina,
créase o no
Los últimos años han visto a
Jack Bruce retomar un nivel intenso de actividad. Su grupo actual es la
Big Blues Band, el octeto con el que actuó
en octubre pasado en el Gran Rex, haciendo su debut en la Argentina. Con
esta banda editó su más reciente disco, Jack
Bruce Live, proveniente de un show de marzo del 2012 en Milton Keynes,
Inglaterra. Por otra parte, junto a Vernon Reid, John Medeski y Cindy Blackman
Santana, Jack armó un proyecto de homenaje a la música de Tony Williams que
culminó este año con la edición del álbum Spectrum
Road. Otra edición notable es la de Hr-Big
Band featuring Jack Bruce, un álbum de 2007 con sus temas clásicos
acompañados de una gran orquesta. “Simplemente me llamaron para invitarme a
hacer una transmisión radial en vivo con ellos. Fue muy divertido tocar con una
big band. Luego hicimos un concierto maravilloso en el Birmingham Town Hall con
una gran orquesta de la BBC,
que incluso me pareció aún mejor desde el punto de vista musical.. También fue transmitido por radio, aunque no
salió editado. Y hace poco –ya en 2012- volví de Alemania donde estuve
trabajando con una orquesta sinfónica de setenta músicos y dos coros. Así que
no me importa si es con un trío o con cien músicos. Me gusta tocar… Siempre.”
Alfredo Rosso
P.D.: MARZO DE 2014. AL RE-PUBLICAR ESTA NOTA, JACK BRUCE ESTÁ A PUNTO DE EDITAR UN NUEVO ÁLBUM LLAMADO "SILVER RAILS".
Curiosidades de la
carrera de Jack Bruce
Jack Bruce grabó uno de los primeros covers de una canción
de los Beatles, al acompañar -junto a The Graham Bond Quartet- al cantante
Duffy Power en el tema “I saw her standing there”, registrado en febrero de 1963.
En 1966, Jack formó parte del efímero “supergrupo” The
Powerhouse, con Eric Clapton, Stevie Winwood y Paul Jones, entre otros.
Grabaron tres temas para el álbum What’s
Shakin’, producido por Joe Boyd, entre ellos una temprana versión de
“Crossroads”, de Robert Johnson.
El primer álbum solista de Jack, Songs For A Tailor,
lleva ese título en homenaje a Jennie Franklin, la modista que le hacía la ropa
a Jack en los días de Cream, quien murió en un accidente de tránsito cuando
Bruce comenzaba a grabar el álbum.
George Harrison toca en Songs
For a Tailor como “L’Angelo Mysterioso”, el seudónimo que usó también para
tocar en “Badge”, de Cream, por problemas de contratos discográficos.
Margrit Seyffer es el nombre de la segunda esposa y también
manager de Jack, con quien el músico ha tenido tres hijos, dos varones y una
mujer. Bruce había tenido antes otros dos hijos varones con Janet Godfrey. Uno
de ellos, Jo Bruce fue músico de Afro-Celt Sound System pero, tristemente,
murió de un ataque de asma en 1997.
Jack Bruce
Discografía Selecta
Jack Bruce: Can You Follow? (2008) (Caja de 6 CDs
que abarca buena parte de su carrera, desde la Blues Incorporated en 1962
hasta su álbum More Jack Than God, de
2003.
The Graham Bond
Organization: The Sound of ’65 (2005)
Cream: Disraeli Gears (1967)
Cream: Wheels of Fire (1968)
Jack Bruce: Songs for a Tailor (1969)
Tony Williams’
Lifetime: Turn It Over (1970)
Jack Bruce: Harmony Row (1971)
Carla Bley-Paul
Haines: Escalator Over the Hill (1971)
West, Bruce &
Laing: Why Dontcha (1972)
Jack Bruce: Out of the Storm (1974)
Jack Bruce: How’s Tricks (1977)
Jack Bruce: I’ve Always Wanted to do This (1980)
Robin Trower, Jack
Bruce, Bill Lordan: BLT (1981)
Kip Hanrahan: Vertical’s Currency (1984)
Jack Bruce: A Question of Time (1989)
Jack Bruce: Somethin’ Els’ (1993)
Jack Bruce: Cities of the Heart (1993)
BBM: Around the Next Dream (1994)
Jack Bruce: Monkjack (1995)
Jack Bruce: Shadows in the Air (2001)
Jack Bruce: More Jack Than God (2003)
Jack Bruce &
hr-Big Band: hr-Big Band featuring
Jack Bruce - Live at 37. Deutsches Jazzfestival – Frankfurt 2006 (2007)
Jack Bruce &
Robin Trower: Seven Moons (2008)
Jack Bruce: Spirit – Live at the BBC 1971-1978 (2008)
Jack Bruce and the Cuicoland
Express: Live at the
Milky Way (2010)
Jack Bruce & His Big Blues Band: Live (2012)
Jack Bruce: Silver Rails (2014)
Jack Bruce: Silver Rails (2014)
7 comentarios:
Excelente nota! Aprovecho, además de felicitarte por tus programas, para preguntarte si es posible pasarte material de un trío de R&B (se llama Harry Caster) para que lo escuches y si te parece lo puedas pasar o lo que creas conveniente. desde ya muchas gracias por tu tiempo. Saludos. Juan (juanjlabanca@gmail.com)
De ninguna manera pretendemos importunar a nadie, pero hay algo en este disco que nos lleva a golpear las puertas de quienes tienen la posibilidad de difundirlo en caso de que, previa escucha, le haya provocado algo. Quizás pequemos de ingenuos, sin embargo algo dentro de nosotros nos convence de que aún se puede apelar a las sensibilidad, a lo puramente humano de quienes recurrimos para que nos tiendan una mano. Algo nos lleva a creer en que no todo se rige por el dinero. Agradecemos de antemano la buena predisposición y les enviamos lo mejor de nosotros: nuestra música y nuestro afecto. Hasta todo momento.
Pequeño zoológico de ruidos
http://zooderuidos.bandcamp.com/album/lo-que-se-ve-desde-un-aeroplano
Rosso!!
Somos dos tesistas de la UNLP.
Queremos hacerte una breve entrevista para nuestro documental.
La quisiéramos concretar entre ésta mes y mitad de año.
Para nosotros sería importantísimo contar con tu aporte.
Esperamos tu respuesta
Abrazo
Caro y Gastón
Azulk10@yahoo.com.ar
Te quería preguntar si sabes como podria conseguir los capitulos de Vinilo La historia del rock, el programa que pasaban por Muchmusic en 2004 y 2005.
O si existe la posibilidad de conseguirlos de alguna forma.
saludos.
javier.trini@gmail.com
Genial!! El mejor de todos en lo suyo.
Qué bueno que haya gente que lo recuerde así a Jack!! Gracias a él me decidí a tocar el bajo y a introducirme en el mundo de la música. Gracias por publicar esto Alfredo, llegué aquí-afortunadamente- por tu nota radial en "No se sabe". Espero algún día poder hablar con vos sobre él, ya que es mi músico favorito desde los 14 años (tengo 18), y su muerte me golpeó duro. Saludos, Alfredo!! Y gracias!!
Ah, me olvidaba!! Si sabés desde dónde puedo descargar Silver Rails, te agradecería que me lo pases: alemottura21@hotmail.com.
Saludos, Alfredo.
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