martes, 28 de febrero de 2012

THE CURE, LA OSCURA ODISEA DE ROBERT SMITH

La llegada de la revolución punk en la segunda mitad de los años ‘70 pateó el tablero de lo que hasta entonces resultaba “aceptable” en términos de rock.  Si uno echa una mirada a la prensa musical británica de 1974 ó 75, verá que la escena estaba dominada por el rock progresivo y sinfónico de bandas como Yes, Genesis o Emerson Lake & Palmer, caracterizado por álbumes complejos, donde el virtuosismo instrumental y las obras conceptuales estaban a la orden del día. 
            En 1977, el punk se rebeló contra ese estado de cosas. Bandas como Sex Pistols, The Clash o The Damned afirmaban que, entre las grandes escenografías y las puestas grandiosas, el rock sinfónico había perdido el contacto con la gente común, con su público de base, y que había que volver a los orígenes, a la crudeza y el enfoque directo de los primeros rockers. Los punks reaccionaban, además, contra lo que describían como la inocencia del idealismo hippie. El mundo de los ‘70 se les antojaba mucho más duro y hostil.  De allí que uno de los lemas de los punks fuera el “No future” (no hay futuro), un grito de guerra anarquista enarbolado por Johnny Rotten, cantante de los Sex Pistols.
            Aunque pueda parecer limitada en objetivos, o simplista, la revolución del punk trajo un aire de renovación a toda la industria discográfica.  Pronto ese grito primal de los Pistols o de los Clash se diversificó hacia muchas direcciones, en lo que para usar un término abarcativo se conoció como New Wave.  En esa definición entraban las canciones de un cantautor renovador como Elvis Costello, el pop sofisticado de XTC y también sonidos más oscuros e indefinibles, como los de The Cure.
            The Cure nació en 1976, con el nombre de Easy Cure, cuando tres ex compañeros de escuela, el guitarrista y cantante Robert Smith, el baterista Lol Tolhurst y el bajista Michael Dempsey, decidieron formar una banda, respondiendo a un aviso que había publicado el sello holandés Hansa en el periódico Melody Maker, en busca de nuevos talentos.  Desde el principio, Smith asumió la dirección de la banda como ideólogo y compositor de casi todos los temas. El primer simple provocó controversia ya desde su título, “Killing an arab” (Matando a un árabe), ya que son pocos los que se dieron cuenta que las sensaciones de desasosiego y aislamiento que planteaba su letra eran una alegoría de la novela “L’étranger”, del escritor existencialista francés Albert Camus.


Three Imaginary Boys

Los varones no lloran

            El primer álbum de The Cure apareció en el sello Friction en abril de 1979 y se llama Three Imaginary Boys en Inglaterra y Boys Don’t Cry en Estados Unidos.  Las versiones británica y norteamericana difieren en el título, la tapa y en algunos temas del repertorio pero tienen mucho en común: un ingenioso collage de punk y pop con algún toque de psicodelia.  La versión americana incluía otro temprano single de la banda, “Boys don’t cry”, una historia de romance, culpa y remordimiento, una típica letra torturada de Robert Smith acompañada de un riff irresistible.
            Otro notable tema -que figura en ambas versiones del álbum- y que también se editó como single, era “10:15 Saturday night” (sabado a las 10 y cuarto de la noche). Una música obscura y austera es el marco de una letra obsesiva, que habla de la ansiedad de estar el sábado a la noche esperando que suene el teléfono y angustiados por el temor de quedarnos solos y desperdiciar lo que debería ser el gran momento de la semana. El elemento de rutina y repetición está presente en esa canilla de la que habla el estribillo, que no deja de gotear.  “10:15 Saturday night” tiene la impronta del Cure que se venía; ese que les ganó su reputación de grupo dark y depresivo y que se ve claramente en el terceto de álbumes que graban entre 1980 y 1982: Seventeen Seconds, Faith  y Pornography.
            Con Simon Gallup en el bajo, reemplazando a Michael Dempsey, y la incorporación de Matthieu Hartley en teclados, Seventeen Seconds conserva algo de los elementos pop del debut, pero los ritmos de sus temas son mucho más lentos y el agregado de sutiles partes de sintetizador y arreglos minimalistas ayuda a construir una atmósfera evocativa y depresiva, algo que se ve claramente en el tema “A forest” (un bosque), que bien puede estar aludiendo a la selva de la mente y sus complejas elucubraciones. 
 Seventeen Seconds

            Cuando The Cure editó Seventeen Seconds en 1980, el rock inglés estaba pasando por una etapa de transición, del fragor del punk a las múltiples posibilidades de la New Wave.  En Manchester había un grupo obsesionado también por el destino del hombre y sus penurias: Joy Division, encabezados por Ian Curtis.  Por su parte, Bauhaus llevaba la imagen dark al extremo, al punto que su cantante Peter Murphy parecía la encarnación misma de un vampiro estilizado y elegante. En un contexto más light y colorido, Adam and the Ants estaban poniendo los primeros toques al estilo New Romantic, que se emparentaba con el glam-rock en su uso de ropas exuberantes, maquillajes elaborados y ritmos cuasi-tribales.  Por otra parte había bandas como OMD y Depeche Mode que estaban dando las pinceladas iniciales de una nueva movida, el Tecno-pop, con abundante uso de sintetizadores y, más tarde, de samplers. 


Los oscuros pasillos de la mente

            The Cure tenía elementos de todos estos estilos sin abrazar ninguno en forma absoluta. Si había un elemento recurrente en su temática era el recorrido impiadoso por los paisajes más oscuros de la mente, como puede observarse en su tercer álbum, editado en 1981, al que la banda titula –no sin cierta ironía- Faith (Fe), que les dio un éxito en single con el tema “Primary”. Otro single de esta época contenía otro de los favoritos de los fans: una canción dedicada a una colegiala virginal, soñadora y solitaria, llamada “Charlotte sometimes”. El cassette de Faith incluía la pieza instrumental “Carnage Visors”, la banda sonora de un film corto de Ric Gallup, el hermano del bajista del grupo. Durante la gira de 1981, la película se pasaba antes de cada recital, a modo de introducción. Esta banda sonora también se halla en la Deluxe Edition del CD de Faith, editada en 2006.
            La etapa sombría de The Cure alcanzaría la cima con el álbum Pornography, editado en 1982, considerado como uno de los pináculos del género gótico-dark. El sonido es denso y opaco: una auténtica banda sonora para nuestra angustia existencial.  El tema central es la falta de comunicación y la alienación de la sociedad contemporánea, pero llevado siempre al plano de las relaciones interpersonales. Una buena síntesis de los climas de Pornography se encuentra en una de las canciones que mejor ha resistido el paso del tiempo y que integró durante años el repertorio escénico del grupo: “The hanging garden” -el jardín colgante- que también fue editada como single.
            Al promediar 1982 sobrevino un gigantesco cisma en los cuarteles de The Cure cuando el bajista Gallup y el tecladista Hartley dejan el grupo.  Para colmo, el líder Robert Smith, de temperamento volátil e inestable, atravesaba por una crisis de inspiración.  Desconcertado, Robert decidió poner en suspenso a The Cure por un tiempo y se unió como guitarrista a Siouxsie and the Banshees, grabando con ellos dos álbumes de estudio, A Kiss in the Dreamhouse y Hyenna, además de participar en el disco en vivo Nocturne. A Smith le quedó tiempo, además, para gestar un efímero grupo paralelo con el bajista de Siouxsie, Steve Severin.  Se dieron el nombre de The Glove, en honor al famoso Guante villano de la película Submarino Amarillo, y grabaron el álbum Blue Sunshine, editado en 1983.
            Al concluir el compromiso que unía a Robert Smith con Siouxsie & the Banshees, el cantante de the Cure se reunió con su fiel lugarteniente Lol Tolhurst, ahora tecladista de la banda, y grabó una serie de simples con el nombre de The Cure, con el aporte de ocasionales sesionistas.  Estos temas mostraban que Smith se había beneficiado con el período de “vacaciones”, ya que había vuelto con las pilas recargadas. Los nuevos singles de The Cure, “Let’s go to bed” y “The walk” revelaban un mayor dinamismo, soltura y –algo inédito hasta entonces en el grupo- un buen grado de humor, como demostraba otra de las nuevas canciones, “The lovecats”. Estos simples –y sus lados B- serían recopilados en el mini-álbum  Japanese Whispers, que fue lanzado para el mercado estadounidense por el sello Sire, en 1984.


El éxito masivo

            Con la edición del álbum The Top en mayo de 1984, The Cure volvió a funcionar como un grupo propiamente dicho. Se los notaba más profesionales y menos solemne. Al núcleo básico de Robert Smith y Lol Tolhurst se sumaban Porl Thompson en saxos y Andy Anderson en percusión y batería  La atmósfera seguía siendo densa y a menudo opresiva, como en “Shake Dog Shake” –canción con la que la banda solía comenzar sus conciertos en aquel entonces- pero The Top era, en verdad, un proyecto afirmado en la mezcla de sabores musicales, donde los temas más retorcidos se dan la mano con sorpresivas gemas pop con pimienta psicodélica, como “The caterpillar”.
            El bajista Phil Thornalley convirtió a The Cure en quinteto para un disco en vivo llamado simplemente Concert, que no contiene sobregrabaciones de ningún tipo. Poco después, The Cure se volvería inesperadamente masivo en 1985 con la edición de The Head on the Door, iniciador de una nueva etapa en la carrera de la banda.  En efecto, Smith & Cía adquieren un nuevo status en el firmamento del rock británico a partir del suceso del tema “In between days”, que llegó al decimoquinto lugar en el chart británico.  Al álbum le fue todavía mejor y trepó al puesto séptimo, el mayor logro comercial de The Cure hasta ese momento. Antes de la grabación, Andy Anderson le había dejado su lugar en la batería a Boris Williams.
            The Head on the Door marcó también un punto de inflexión en lo musical.  The Cure nunca antes había sido tan ecléctico y variado en su enfoque artístico. El aspecto visual tampoco es dejado de lado. Para ilustrar otro de los singles extractados de este larga duración, “Close to me”, la banda filmó el hilarante “clip del ropero” con el realizador Tim Pope, una presencia habitual en los videos de the Cure.
            Cuando The Head on the Door finalmente los llevó al éxito masivo, los músicos de The Cure decidieron que ya era tiempo de echar una mirada retrospectiva y el resultado fue la recopilación Standing on a Beach – The Singles, un álbum sorprendentemente coherente y abarcativo, sobre todo considerando que el repertorio recorría siete años de historia: un pasaje por toda la discografía de la banda.  Al disco le fue muy bien en Gran Bretaña y, lo que es más, los estableció como un grupo de culto, pero en la división de los grandes, en Estados Unidos.  La situación era ideal para aprovecharla con un futuro álbum de temas nuevos y eso fue justamente lo que hizo el grupo con su siguiente larga duración, Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me, aparecido en 1987, cuya salida coincidió prácticamente con la gira mundial que trajo a The Cure a la Argentina, para brindar dos recitales en el estadio de Ferro Carril Oeste, con muy buena respuesta de público. Aquel álbum doble –hoy obtenible en un solo CD- contenía un gran clásico: el tema “Why can’t I be 
you”.



Crisis y consolidación

            A pesar del éxito internacional y las constantes giras, no todo iba bien en el campamento Cure.  En 1988 la banda decide despedir a Lol Tolhurst, al sostener que la relación del músico y el resto del grupo se había vuelto insostenible.  Fue reemplazado por el ex tecladista de Psychedelic Furs, Roger O’Donnell, justo a tiempo para la grabación del disco Disintegration, que salió en la primavera boreal de 1989 y llegó al tercer puesto en Inglaterra apuntalado por un par de simples de buena repercusión, que incluyeron al tema “Lullaby”. Tolhurst, sin embargo, llegó a tocar en algunos de los temas del nuevo álbum.
            The Cure incluso había llegado a las pistas de baile, como demuestra la edición de una recopilación de remixes, Mixed Up, editada en 1990, disco que traía también nuevo material, el tema “Never enough”.
            Mientras en Inglaterra volvía a cambiar la marea musical con el retorno de las bandas de guitarras a través de las movidas de Madchester y del Valle del Támesis, Cure seguía en la senda triunfal a principios de los 90, al punto que su siguiente larga duración, Wish, entró en el ránking inglés directamente al número uno, mientras que en Estados Unidos debutó en el segundo lugar.  Todo esto impulsado por dos hits importantes como fueron “High” y –sobre todo- “Friday, I’m in love”.  En esta época hubo nuevos cambios de integrantes (entró el tecladista Perry Bamonte en lugar de Roger O’Donnell), pero la banda no pareció sentirlos: de hecho se embarcó en una nueva macro-gira que culminó con la edición de dos álbumes en vivo, Show y Paris,  y un video documental. La banda aportó también el tema “Burn” a la película “The Crow” y el cover “Purple haze” para un disco homenaje a Jimi Hendrix, Stone Free.
            A mediados de los ’90, The Cure se tomó vacaciones.  Algunos problemas legales se sumaron a la necesidad de un merecido descanso y la banda capitaneada por Robert Smith recién volvería a los estudios de grabación en 1996 para grabar el larga duración Wild Mood Swings.  El núcleo de Smith, Thompson, Gallup y Bamonte se transformó aquí en sexteto, con el regreso del tecladista O’Donnell y la incorporación del baterista Jason Cooper en lugar de Boris Williams.  Los trabajos del nuevo álbum se alternaron con la grabación del tema “Dredd song” para la pelìcula “Judge Dredd” y de un cover del tema de David Bowie “Young Americans”, para un álbum de la cadena radial británica XFM. The Cure, además, fue número de fondo de varios festivales, incluyendo el aniversario número 25 de Glastonbury.
            Wild Mood Swings, décimo álbum de The Cure,  fue registrado en una casa de campo cerca de Bath, Inglaterra, e incluyó una sección de bronces, un cuarteto de cuerdas, una orquesta hindú y un trompetista mexicano. El álbum salió el 6 de mayo de 1996 y trepó hasta el puesto doce en las listas de Estados Unidos, impulsado por el hit “Mint car”.
            En octubre de 1997 vería la luz la segunda recopilación de The Cure, bautizada Galore: The Singles 1987-1997, cuyo título exime de mayores comentarios. Traía diecisiete hits de la etapa madura del grupo, incluyendo “Why can’t I be you”, “Just like Heaven” y “Never enough”, entre otros, y la única queja que podría esbozarse es que el único atractivo genuino para los fans que ya tenían todo este material era la presencia de un solitario tema nuevo, “Wrong number”.  El año siguiente encontró a The Cure en una variedad de proyectos, incluyendo al tema “More than this”, para el álbum de la serie X Files, y una memorable aparición de Robert Smith en el programa de cartoons South Park. 


The Cure en el nuevo milenio

            En la era del Britpop dominado por Oasis y Blur, The Cure mantuvo un bajo perfil, pero fueron uno de los primeros entre las grandes figuras en editar un álbum en el nuevo milenio.  Esto fue en febrero de 2000 y el resultado fue el larga duración Bloodflowers, al que muchos consideran como un retorno al sonido clásico de la banda, luego de la experimentación que caracterizó a su trabajo previo.  El nuevo álbum tenía todas las marcas de fábricas de The Cure: melodías lánguidas, arreglos espaciosos y letras melancólicas.  El grupo reapareció en vivo en 2001 en el prestigioso Festival de Roskilde que se realiza anualmente en esa localidad de Dinamarca. Ese año apareció una nueva recopilación, apropiadamente llamada Greatest Hits, incluyendo los singles más vendedores y también dos temas nuevos: “Cut here” y “Just say yes”.
            Durante 2002, The Cure actuó en numerosos festivales europeos, antes de ensayar para dos shows muy especiales que se realizaron en el Tempodrom, de Berlin, donde la banda tocó todos los temas de Pornography, Disintegration y Bloodflowers. Ambas actuaciones se filmaron en alta definición, con doce cámaras, para más tarde ser editadas en forma de DVD con el nombre de Trilogy.
            En un momento en que los grandes grupos del rock sacaban cajas recopilatorias de múltiples CDs, The Cure no podía ser la excepción. En el caso del grupo comandado por Robert Smith, sin embargo, el box-set se armó con inteligencia y sentido común: aparecido en enero de 2004, Join the Dots, B-Sides & Rarities 1978–2001 (The Fiction Years contiene cuatro CDs rebosantes de lados B, rarezas y otras perlas de toda la carrera del grupo. En junio de ese mismo año saldría un nuevo álbum, titulado simplemente The Cure, como si la banda deseara establecer de nuevo su identidad musical en el siglo XXI. Esta nueva personalidad de The Cure los muestra algo más relajados con respecto al clasicismo gótico de Bloodflowers. La nueva obra no tenía la unidad temática o musical que suele distinguir a los discos del grupo pero ofrecía, en cambio, un puñado de temas de arreglos bien estructurados, como “The end of the world”, con su atractivo impulso pop, y una pequeña gema épica como final: The promise”.
            En octubre de 2008 apareció 4:13Dream, el último álbum editado por The Cure hasta el presente. Más allá del  romanticismo fatalista de “Underneath the stars”, la canción que inicia el disco, el detalle saliente de 4:13Dream es la persistente orientación pop del resto del material, combinada con el habitual enfoque melancólico de las letras. El problema es que, a pesar de un par de melodías atractivas y arreglos bien trabajados (“The only one”, “The reasons why”), el repertorio suena demasiado a la noción convencional de cómo debería sonar un disco de The Cure, sin muchas sorpresas. El decimotercer álbum del grupo fue pensado originariamente como un doble, ya que Smith había compuesto más de treinta temas para el mismo, pero esa idea finalmente se descartó. A esta altura la banda era de nuevo un cuarteto, con Smith en guitarra, voz e instrumentos varios, Porl Thompson en guitarra, Simon Gallup en bajo y Jason Cooper en batería.

             El dilema que se le plantea a The Cure a esta altura de su carrera -algo común a toda banda con historia y con un sonido clásico que lo identifica- es cómo replantear su dirección musical para tener relevancia ante las jóvenes audiencias sin alienar a su público tradicional. The Cure tiene a su favor una amplia herencia: buena parte del rock del siglo XXI, desde el latido Emo de My Chemical Romance a los devaneos dark de Editors, The Horros o White Lies, pasando por los momentos más introspectivos de grupos como Elbow, tiene rastros de The Cure en su ADN musical. Resta comprobar si la banda consigue extraer de su interior, una vez más, la fuerza renovadora que impulsó cambios de timón exitosos como The Head on the Door o Wish, que le dieron un nuevo impulso vital cuando pocos creían en ellos. Hay motivos para ser optimistas, ya que pocos grupos gestados en los albores de la revolución punk han mantenido un atractivo tan sólido o ejercido una influencia tan duradera como la del grupo guiado a través de cuatro décadas por la visión musical y poética de Robert Smith, uno de los personajes claves del rock contemporáneo.


Los remasters del 2006

            La discografía clásica de The Cure fue incluída en la serie “Deluxe Edition” del sello Universal en 2006 y a partir de entonces se reeditaron álbumes claves de su discografía con un CD extra que trae varias perlas ocultas buscadas por sus fans en la forma de lados B, demos, temas en vivo, etc.,  además de un librito con fotos y detalladas explicaciones sobre la época y las circunstancias de cada disco.
            Los álbumes que recibieron este tratamiento, hasta el momento, han sido Three Imaginary Boys, Seventeen Seconds, Faith, The Top, The Head on the Door, Kiss Me Kiss me Kiss Me y Disintegration. En el caso de Disintegration se trata de un álbum triple: el CD 2 es el acostumbrado disco de rarezas, mientras que el tercero trae una versión remixada del álbum en vivo de 1989 Entreat, titulada Entreat Plus.

¡Paren las prensas!: Mientras editaba esta nota, me enteré de la reciente edición del álbum doble en vivo "Bestival Live 2011", que registra la actuación de The Cure en dicho festival inglés, el año pasado. A modo de epílogo, aquí va la portada...

 
           






3 comentarios:

Anónimo dijo...

Alfredo, una pregunta: ¿vuelve rosca izquierda?. En qué radio te podemos escuchar este 2012. Bueno Saludos!!.
P.D. : Genial la publicación acerca de The Cure.
Diego.

alfredorosso dijo...

Rosca Izquierda por el momento no vuelve, ya que Nacional Rock está un poco "corta" de presupuesto para contrataciones externas. Yo sigo con La Casa del Rock Naciente, los sábados de 15 a 17 hs, por Rock & Pop y, en la misma radio, colaboro todos los días, de 6 a 9 de la mañana (Lunes a Viernes) con el nuevo programa de Gillespi, "La Almohada Maldita". Gracias por tu comentario sobre The Cure. Me agrada saber que te gustó la nota. Alfredo.

Anónimo dijo...

la verdad es que para mi su disco mas siniestro y oscuro es pornography.....melancolico y depresivo....la esencia de The Cure

Muy buena publicación y espero que puedas hacer mas....las leeré con gusto.....

nada mejor que hablar de buena música..saludos